La enfermedad crónica del hígado puede estar causada por una variedad de condiciones, pero la causa más común es el hígado graso no relacionado con el consumo alcohol, la hepatitis C, la hepatitis B y la enfermedad del hígado debida al consumo de alcohol. Con el tiempo, estas condiciones pueden llevar a la fibrosis (engrosamiento, cicatrización de tejido) y la cirrosis, en la cual el daño es tan extenso que el hígado no funciona normalmente. Estas enfermedades también pueden resultar en el cáncer de hígado (carcinoma hepatocelular, o HCC, por sus siglas en inglés).
En los individuos con enfermedad crónica del hígado, los estudios por imágenes son útiles para confirmar la presencia y la gravedad de la fibrosis. La elastografía por RMN del abdomen identifica el endurecimiento del hígado, y la elastografía de onda de corte por ultrasonido del abdomen es generalmente adecuada para diagnosticar y estadificar la fibrosis.
Los individuos que tienen hepatitis viral crónica y cirrosis tienen un alto riesgo de desarrollar HCC y deberían someterse a un examen de detección temprana por imágenes. El ultrasonido de abdomen, la RMN de abdomen sin y con contraste intravenoso (IV), y la RMN del abdomen sin y con contraste hepatobiliar son generalmente exámenes por imágenes adecuados para diagnosticar la HCC. La RMN de abdomen sin contraste IV también podría ser adecuada.
Para los individuos con HCC se recomienda, luego del tratamiento, el monitoreo con estudios por imágenes para detectar una posible recidiva del cáncer. La RMN del abdomen sin y con contraste IV, la TAC del abdomen con contraste IV de fase múltiple, la TAC del abdomen sin y con contraste IV, y la RMN del abdomen sin y con contraste hepatobiliar son estudios generalmente adecuados. Las normas vigentes recomiendan una exploración por TAC o por RMN cada 3 a 6 meses durante 2 años, y luego cada 6 a 12 meses después de que se haya extirpado el cáncer.