El objetivo de la angioplastia endovascular y del baipás quirúrgico es restaurar el flujo sanguíneo normal hacia las arterias enfermas en las piernas para los individuos con enfermedad arterial periférica. Ambos procedimientos necesitan seguimientos con imágenes para evaluar las lesiones, el angostamiento arterial típico que puede volver y causar síntomas. A menudo, primero se llevan a cabo pruebas no invasivas para ayudar a elegir el examen por imágenes adecuado. La primera prueba es usualmente la medición del índice tobillo-brazo (ITB), un examen no invasivo en el que se colocan brazaletes inflables en las piernas para medir la presión a local. También se pueden utilizar otras pruebas no invasivas.
Para los individuos sin síntomas después del procedimiento, es adecuado utilizar un examen de base por ultrasonido (US), además del ITB y otras pruebas no invasivas. Para los pacientes con síntomas tales como calambres severos durante el ejercicio, dolor durante el descanso, y heridas que no se sanan adecuadamente luego del procedimiento, las imágenes pueden incluir la angiografía por TC o la RMN, además del US. Si los síntomas son más graves, incluyendo extremidades frías y descoloridas con un pulso muy bajo, el objetivo primario es salvar la pierna de una amputación. En casos extremadamente graves, es adecuado evitar las imágenes y proceder directamente con la cirugía. En casos que no amenazan la vida pero que son graves, la arteriografía (rayos X luego de inyectar un tinte adentro de los vasos sanguíneos a través de un catéter) es el seguimiento más adecuado. La arteriografía puede brindar imágenes de lesiones que limitan el flujo y causan caídas en la presión arterial de la pierna. En casos menos graves, tanto el US como la angiografía computarizada (ATC) son adecuadas para los estudios por imágenes. Para más información, vea la página sobre Enfermedad Arterial Periférica.