La apendicitis es la inflamación del apéndice, un tubo cerrado de tejido que se encuentra unido al intestino largo en la parte inferior derecha del abdomen. La inflamación puede ocurrir cuando el apéndice se infecta o bloquea con heces, con objetos foráneos o con un tumor.
Su doctor podría utilizar un ultrasonido abdominal o pélvico, una TC de abdomen y pelvis, una RMN de la pelvis, o una radiografía para evaluar su condición. El tratamiento más común para la apendicitis es la extirpación quirúrgica del apéndice. Si el apéndice se rompe y crea un absceso, su doctor podría recomendar un drenaje percutáneo del absceso para extraer de su cuerpo el líquido infectado.
¿En qué consiste la apendicitis?
La apendicitis es una condición causada por la inflamación del apéndice. El apéndice es un tubo sin salida (cerrado en un extremo) de tejido adosado al intestino grueso, en la parte inferior derecha del abdomen.
Cuando el apéndice se infecta o bloquea, se produce inflamación. Los bloqueos pueden ser causados por:
- materia fecal
- cuerpos extraños (objetos o sustancias que han sido introducidos desde afuera)
- un tumor
El dolor causado por la apendicitis generalmente se origina alrededor del ombligo y luego migra hacia la parte derecha inferior del abdomen (cuadrante inferior derecho). El dolor puede ser difuso al comienzo, pero se puede volver más agudo y severo. Otros síntomas que acompañan el dolor pueden ser fiebre leve (por encima de los valores normales pero menor a 100°), vómitos o náuseas.
Algunos individuos, en particular los niños, pierden el apetito.
A medida que la condición progresa, por lo general, se siente un dolor muy severo en la parte inferior derecha del abdomen.
A medida que el apéndice continúa inflamándose, los síntomas pueden incluir:
- dolor agudo o que empeora, o punzadas en el abdomen, recto o espalda
- hinchazón o sensibilidad del abdomen
- náuseas o vómitos severos
- fiebre alta (más de 100°)
- diarrea o estreñimiento
- incapacidad para eliminar el gas
La apendicitis puede ser difícil de diagnosticar porque existen otras condiciones que causan síntomas similares. No todos los que tienen apendicitis exhiben todos estos síntomas. Si usted tiene cualquiera de estos síntomas, particularmente dolor abdominal que continúa y empeora, contacte inmediatamente a su médico.
¿Forma en que se diagnostica y evalúa la apendicitis?
Se pueden utilizar varios exámenes para evaluar la apendicitis:
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Se puede realizar un ultrasonido pélvico o abdominal. El ultrasonido es un tipo de examen por imágenes que usa ondas de sonido para crear imágenes del interior del abdomen y/o pelvis.
El ultrasonido es particularmente útil en niños y en mujeres embarazadas porque no utiliza radiación. Para información sobre los procedimientos de ultrasonido realizados en niños, visite la página de ultrasonido abdominal pediátrico.
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Se puede realizar una TC del abdomen y la pelvis. Durante una exploración por TC se usan rayos X para capturar imágenes del interior del abdomen y la pelvis. La exploración por TC es, por lo general, el método preferido de toma de imágenes para diagnosticar apendicitis en adultos porque es altamente precisa. Para este examen usualmente se utiliza contraste IV.
Para información sobre las exploraciones por TC en niños, visite la página de TC pediátrico.
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En los pacientes jóvenes o en mujeres que están embarazadas se puede realizar una RMN de la pelvis. La RMN obtiene imágenes del cuerpo usando un imán poderoso.
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En algunos casos, el estudio por imágenes inicial podría ser una radiografía abdominal o del tórax. Su médico podría utilizar rayos X para descartar otras condiciones que causan un dolor similar al de la apendicitis, tales como la neumonía o la obstrucción intestinal.
¿Cómo se trata la apendicitis?
El tratamiento más común para la apendicitis es una apendectomía, o cirugía para remover completamente el apéndice. Sin embargo, en algunos pacientes, el apéndice puede romperse y llevar a la formación de un absceso, o colección de pus. En este caso, además de la realización de la apendectomía, su médico podría recomendar que se le realice un procedimiento de drenaje percutáneo del absceso, para remover el fluido de su cuerpo. Los pacientes que son sometidos a un drenaje percutáneo del absceso permanecerán hospitalizados; la duración de la hospitalización puede variar dependiendo de la respuesta al tratamiento y otras complicaciones. El seguimiento generalmente se realiza en forma ambulatoria y su radiólogo de intervención se ocupará de asegurar que su recuperación proceda de acuerdo a lo planeado.