La artritis es la inflamación de una o varias articulaciones del cuerpo. Los dos tipos más comunes son la osteoartritis (también conocida como enfermedad degenerativa de las articulaciones) y la artritis reumatoidea (AR). La osteoartritis aparece con la edad o luego de un trauma u otro tipo de lesión en una articulación. La AR es una enfermedad autoinmune que ocurre en los adultos jóvenes, en la que las propias defensas del cuerpo atacan el recubrimiento de las articulaciones.
Su médico probablemente llevará a cabo un examen físico completo y podría realizar pruebas de sangre para evaluar la presencia de inflamación para ayudar a diagnosticar su condición. Otros tests pueden incluir radiografías de los huesos, TC, RMN, o ultrasonido. El tratamiento dependerá del tipo, severidad y ubicación de la artritis, y podría incluir medicamentos, terapia o cirugía.
¿En qué consiste la artritis?
Artritis significa inflamación de una o más articulaciones del cuerpo. Una articulación es una zona en la que dos o más huesos hacen contacto y se mueven uno contra el otro. La causa subyacente depende del tipo específico de artritis. Existen más de 100 formas de arthritis y los dos tipos más comunes son la osteoartritis y la artritis reumatoidea. La osteoartritis, también conocida como enfermedad degenerativa de las articulaciones, es causada en parte por la degeneración de piezas de la articulación tales como el cartílago, y empeora con la edad. El desgaste y la rotura progresiva de las partes afectadas de la articulación puede provocar una reacción inflamatoria. La artritis reumatoidea (AR), por otro lado, es una enfermedad autoinmune en la que las mismas defensas del cuerpo atacan el recubrimiento normal de las articulaciones. En este tipo de artritis, la inflamación en el revestimiento de la articulación en los huesos conduce al daño de la articulación, especialmente del cartílago. Otras causas relativamente comunes de la artritis incluyen lesiones, alineación anormal de los miembros, infecciones, otras enfermedades autoinmunes distintas de la artritis reumatoidea y los depósitos anormales en las articulaciones, como en la gota.
Algunos tipos de artritis afectan a más de 40 millones de personas en los Estados Unidos. Más de la mitad de estas personas tienen enfermedad degenerativa de las articulaciones. Casi el 60 por ciento de las personas afectadas por la artritis son mujeres. Mientras que la artritis se presenta principalmente en los adultos, los niños pueden estar en riesgo de sufrir ciertos tipos de artritis, tales como las causadas por lesiones y enfermedades autoinmunes. A pesar de que cualquier articulación en el cuerpo puede ser afectada, ciertas formas particulares de artritis tienen una tendencia a ocurrir en ciertas partes del cuerpo. Por ejemplo, la artritis reumatoidea afecta por lo general las muñecas y nudillos, los pies, el cuello, y articulaciones más grandes en las extremidades, mientras que las enfermedades degenerativas de las articulaciones pueden afectar las bases de los pulgares, las articulaciones de los dedos, las rodillas, las caderas, los hombros y la parte baja de la columna. Otros tipos de artritis afectan mayormente las articulaciones de la columna.
Los síntomas de la artritis incluyen:
- Dolor articular, rigidez o hinchazón que puede ocurrir por las mañanas o después de actividad física.
- Rango limitado de movimiento en la articulación o en la columna.
- Sensibilidad y enrojecimiento de la piel alrededor de la articulación.
- Bloqueo de la articulación o articulación que se traba con el movimiento.
¿Forma en que se diagnostica y evalúa la artritis?
Durante el diagnóstico de la artritis, es probable que su médico le realice un examen físico completo de todo el cuerpo, incluyendo su columna vertebral, las articulaciones, la piel y los ojos. Se le podrían hacer exámenes de sangre para detectar marcadores de inflamación. En los casos en que se sospecha la presencia de una infección o de la gota, podría ser útil extraer líquido de la articulación con una aguja con el fin de analizar el contenido del material. Además, es posible que el médico ordene uno o más de los siguientes exámenes por imagen:
- Rayos X de los huesos (radiografía): la radiografía (rayos X) utiliza una dosis baja de radiación para crear imágenes de las estructuras internas. Las radiografías muestran los huesos y la manera en que interactúan entre sí en las articulaciones. Son útiles para evaluar la cantidad de cartílago en los extremos de los huesos, deformidades y condiciones subyacentes en los huesos que pueden causar artritis, y cambios en los huesos que pueden estar dañados debido a la artritis.
- Tomografía computarizada (TC) del cuerpo: la exploración por tomografía computarizada (TC) combina un equipo especial de rayos X con computadoras sofisticadas para producir múltiples imágenes del interior del cuerpo. En el caso de las personas con artritis, la TC se usa generalmente para examinar las articulaciones que están en lugares profundos dentro del cuerpo y que son difíciles de evaluar con rayos X convencionales, especialmente en la columna y la pelvis.
- Resonancia magnética nuclear musculoesquelética (RMN): la RMN utiliza un potente campo magnético, pulsos de radiofrecuencia y una computadora para producir imágenes detalladas del cuerpo. La ventaja de la RMN es que muestra ambos, los huesos y los tejidos circundantes (incluyendo cartílago), los ligamentos y el revestimiento interior de las articulaciones. La RMN se utiliza frecuentemente para descubrir anormalidades en el tejido blando de las articulaciones (que son invisibles a los rayos X) para determinar si el tratamiento es efectivo y para detectar complicaciones de la enfermedad.
- Ultrasonido musculoesquelético: el ultrasonido utiliza un pequeño transductor (sonda) y un gel para crear imágenes del cuerpo a partir de ondas sonoras de alta frecuencia. Puede proporcionar imágenes detalladas de las articulaciones y tejidos blandos circundantes, principalmente de aquellos que se encuentran cerca de la superficie de la piel.
¿Cómo se trata la artritis?
El tratamiento para la artritis depende del tipo, la severidad y la ubicación del trastorno. Los tratamientos más usados incluyen:
- Medicamentos: los medicamentos disponibles de venta libre o bajo receta pueden reducir la inflamación y el dolor.
- Terapia: la fisioterapia y el ejercicio pueden mejorar el rango de movimiento y flexibilidad mejorando la fortaleza ósea y muscular. Otras opciones incluyen terapia con masajes, terapia con agua o aparatos ortopédicos.
- Cirugía: la cirugía de reemplazo de la articulación (artroplastia) o la cirugía de fusión articular podrían ser las mejores opciones de tratamiento para algunos pacientes.